Con el corte de la cinta, se llevó a cabo en el Instituto De La Salle de Benevento la inauguración de un dispensador de agua potable filtrada, conectado directamente a la red de agua y realizado por S.T.E.I. (Soluciones y Tecnologías para la Eco-compatibilidad e Inclusión) que, gracias al apoyo de las empresas del territorio de Sannio, Russo Aluminio, Sanav (gestión de residuos líquidos), Geo-In srl, Metalplex y ThermoHabitat, también distribuyó a los estudiantes, profesores y personal escolar botellas de aluminio para usar en lugar de botellas de plástico cuyo uso se debe y, sobre todo, se quiere eliminar.

Un momento significativo, símbolo de una transición hacia una sociedad más sostenible y consciente. Un proyecto que el Instituto De La Salle ha perseguido durante muchos años en su planificación educativa desde la escuela infantil hasta la secundaria de segundo grado.

«El proyecto 'El agua que enseña a la sed' realizado por Stei y por los numerosos empresarios virtuosos que se han unido a la iniciativa - afirmó la coordinadora de enseñanza del Instituto De La Salle, la profesora Angela Meola - representa un componente fundamental para la construcción de un camino educativo dirigido a la sostenibilidad, un camino que el Instituto De La Salle pone en el centro de su planificación educativa. Es fundamental que los jóvenes desarrollen una sensibilidad adecuada sobre temas de bienestar personal y comunitario y sobre la adopción de estilos de vida ecológicos a través de una educación centrada en la sostenibilidad. El dispensador también destaca para los estudiantes los beneficios de una correcta hidratación, fundamental para su bienestar físico y mental, para la concentración y las habilidades cognitivas».

«Al mismo tiempo, el proyecto de S.T.E.I. - continúa la profesora - estimula una reflexión sobre el uso del agua, sobre su disponibilidad en los países en desarrollo y sobre el desperdicio del mismo, promoviendo una actitud consciente hacia un bien precioso y demasiado a menudo subestimado, especialmente por los jóvenes. La elección de instalar un dispensador verde, en resumen, refleja un compromiso educativo y social hacia un futuro más sostenible que debería ser uno de los objetivos prioritarios de cada instituto escolar».