Sospechaba que su hijo, que en varias ocasiones y sin motivo la había maltratado y agredido físicamente, también quería envenenarla. El descubrimiento por parte de la mujer de un laboratorio creado por el hijo en el ático de su vivienda, con ampolletas y frascos de vidrio que contenían polvos de varios colores, la llevó a instalar, dentro de la cocina, cámaras de circuito cerrado a través de las cuales observó al hijo mientras añadía un polvo blanco en la olla de la comida y en un bolígrafo que ella normalmente utilizaba. Un episodio similar ocurrió dos días después cuando sorprendió al hijo rociando detergente en la comida destinada a ella. Fue este último episodio lo que llevó a la mujer a denunciar el incidente a los carabineros de la Estación de Vitulazio. Durante su relato, salió a la luz que, también en años anteriores, había sido víctima de agresiones por parte del hijo que, en diferentes circunstancias, la había golpeado con puñetazos en el rostro y con un cabezazo. Y aún recientemente había amenazado con apuñalarla y dispararle con una carabina de resorte en su posesión, equipada con un silenciador artesanal y munición compuesta por balines de hierro. A raíz de la denuncia, los carabineros se dirigieron a la vivienda donde adquirieron los vídeos extraídos de las cámaras y confiscaron la carabina y los polvos presentes en el laboratorio artesanal, que serán sometidos a análisis para determinar su toxicidad. El hombre, de 35 años, fue arrestado y llevado a la prisión de Santa Maria Capua Vetere. Deberá responder por maltratos en la familia y amenazas.
