Como cuenta un residente que se rebeló al diputado de la alianza Verdes-Izquierda Francesco Emilio Borrelli, de las primeras reconstrucciones un auto ingresó a la carretera a muy alta velocidad y se volcó después de impactar y destruir una marquesina de la parada del autobús. Algunos presentes lograron poner el auto de nuevo sobre dos ejes y socorrer a los ocupantes que, parece, no han sufrido graves consecuencias.
«Demasiados inconscientes ponen en peligro su propia vida, la de los pasajeros y sobre todo la de los demás, automovilistas, motociclistas y peatones inocentes que corren el riesgo de convertirse en víctimas involuntarias» declara Borrelli.
«Estas carreteras se convierten cada vez más en pistas de carrera utilizadas por locos, irresponsables y delincuentes que deben ser detenidos también a través del uso de dispositivos anti-velocidad, badenes y disuasorios. Las últimas modificaciones del código de la carretera deberían haber puesto frenos a esta locura, sin embargo, no se ha introducido ninguna novedad importante sobre el exceso de velocidad pero, al contrario, se ha permitido a los nuevos conductores manejar motores más potentes y los entes locales han sido significativamente reducidos en la lucha contra el fenómeno. Una elección que pagaremos caro» concluyó.