Un detenido, que estaba ingresado en el hospital Cardarelli de Nápoles tras haber sido sometido a una cirugía maxilofacial, al despertar de la anestesia «entró en un estado de furia, agrediendo al personal sanitario y destruyendo todo lo que tenía a su alrededor».
Así lo ha comunicado la secretaria regional para Campania del Sindicato Autónomo de Policía Penitenciaria, Tiziana Guacci. El incidente ocurrió ayer.
«No sin dificultades, una agente de la Policía Penitenciaria logró detenerlo y esposarlo con un brazo a la camilla. Sin embargo, el detenido furioso continuó lanzando insultos contra la policía. Posteriormente, al llegar más personal de la policía penitenciaria, se logró trasladar al detenido. Pero al quitarle las esposas para llevarlo a la habitación, el detenido lanzó puñetazos y patadas contra los policías, dos de los cuales resultaron con pronósticos de 7 y 10 días de recuperación. El detenido en cuestión fue inmediatamente dado de alta y devuelto a la prisión de Secondigliano donde estaba recluido».
«Fueron momentos de gran tensión y peligro, pero gestionados con gran valentía y profesionalidad por los policías penitenciarios», señala Donato Capece, secretario general del Sappe. «Agresiones, peleas, heridas contra el personal, así como las riñas y los intentos de suicidio, son desafortunadamente el pan de cada día. Es importante y urgente para nosotros prever un nuevo modelo de custodia. Es necesario intervenir con urgencia para hacer frente a las constantes dificultades penitenciarias de Campania»