«¿Teléfonos móviles en la cárcel? O los agentes no son buenos haciendo los controles, o ellos los introducen». No se anda con rodeos, desde el banquillo de los acusados, Luigi D'Alessio, víctima de los abusos ocurridos en la cárcel de Santa Maria Capua Vetere el 6 de abril de 2020.
El testigo, actualmente detenido en Siracusa, respondiendo a las preguntas, habló de las formas en las que, según él, se introducen los teléfonos en la cárcel.
El testigo también habló de un teléfono móvil que poseía en los días en que ocurrieron los abusos, que le fue entregado para llamar a su familia por un detenido y que a este último le fue dado a su vez por un guardia penitenciario. «Pero no voy a decir el nombre del detenido», dijo D'Alessio, que, respondiendo a una pregunta del abogado De Stavola, también explicó que no sabía quién era el guardia que había introducido el teléfono en la cárcel. Después de los hechos, D'Alessio relató que el teléfono se lo había dado directamente un agente con gafas y cabello peinado hacia atrás, y no un detenido: «entonces dije una mentira, para provocar después de las muchas palizas recibidas», admite.
«¿No saben cómo los teléfonos móviles entran en la cárcel?», añadió luego, provocativamente, el testigo: «En la entrada se nos controla con el detector de metales, tanto el fijo como el móvil en forma de paleta, por lo que es imposible no descubrir un teléfono. Así que o los agentes no son buenos haciendo los controles o ellos los introducen».