Desmantelamiento de un sistema ilícito en el departamento de Salud Mental de Caserta

Se ha fijado para el próximo 8 de octubre por el juez de la audiencia preliminar del tribunal de Santa Maria Capua Vetere, Alessia Stadio, la audiencia preliminar contra 59 personas involucradas en el sistema ilícito en el departamento de Salud Mental de la Asl de Caserta, con sede en Aversa. Un sistema que, según la Fiscalía de Santa Maria Capua Vetere, a la que llegaron los documentos desde la Fiscalía de Napoli Norte que inicialmente había investigado, estaría centrado en torno al ex director del Dsm, Luigi Carrizzone, con varios delitos imputados, desde la asociación delictuosa destinada a la corrupción hasta la alteración de licitaciones, falsificaciones en documento público, fraude contra una entidad pública, peculado hasta el tráfico ilícito de influencias; delito este último imputado a uno de los acusados, el presidente del Consejo Regional de Campania, Gennaro Oliviero. Entre los acusados se encuentra el empresario y patrón de las estructuras sanitarias EmmeDue, Michele Schiavone, el ex director general de la Asl casertana, Mario De Biasio. Oliviero es acusado de haber intervenido, como miembro de la comisión regional de Salud, ante el ex gerente de la Asl De Biasio para prolongar el mandato del director del Dsm a Carrizzone, obteniendo de este último una comida en un restaurante de Lusciano. En el centro de las investigaciones precisamente Carrizzone, quien con la complicidad de numerosos empleados de la Asl, habría desviado tras dinero y regalos, y sin ninguna licitación pública, a muchos pacientes psiquiátricos en tratamiento en la Asl hacia las estructuras de Schiavone, empresario de Sessa Aurunca, gestionando además de manera oculta, y violando las normas sobre conflicto de intereses, otras cooperativas a las cuales también se enviaban pacientes psiquiátricos. Carrizzone habría luego falsificado varios documentos públicos en los que certificaba la participación de empleados de la Asl en proyectos de la entidad sanitaria, lo que les permitía recibir generosos premios e indemnizaciones. Un río de dinero público de cientos de miles de euros que, según la acusación, Carrizzone habría utilizado para alimentar el sistema ilícito que giraba en torno al Dsm.