Los drones para suministrar a los detenidos droga y teléfonos móviles. El último hallazgo por parte de los hombres del departamento de policía penitenciaria de la prisión de Carinola, con la ayuda de los militares de la Guardia Civil, reitera la alarma lanzada hace meses por el Sappe (Sindicato Autónomo de Policía Penitenciaria Sappe) sobre el uso, por parte de la criminalidad, de la tecnología.
La denuncia es de Tiziana Guacci y Ettore Natale, respectivamente secretaria regional para Campania y secretario local de Carinola del Sappe: «Anoche, desde la sala de control de la prisión, vieron volar un dron sobre la estructura penitenciaria: apoyados por los carabineros, los hombres de la Policía Penitenciaria, detuvieron a dos hombres que estaban manejando el dron mientras que una tercera persona, una mujer que los esperaba a bordo de un coche, logró escapar».
En el paquete que el dron estaba transportando había 1,8 kg de hachís, varios montos de cocaína, 10 microteléfonos, 10 smartphones, un cuchillo plegable y una máquina para tatuajes. El secretario general del Sappe, Donato Capece, señala cómo este último evento «confirma todas las hipótesis investigativas sobre el ya declarado fenómeno de tráfico ilícito mediante drones, fenómeno este favorecido también por la libertad de movimiento de los detenidos a raíz del régimen de custodia abierta y de las críticas operativas actuales, en las que opera la Policía Penitenciaria, con niveles mínimos de seguridad».