El heroico salvamento de un repartidor en Nápoles por un conserje valiente

Raffaele Coppola, suo il gesto eroico
Raffaele Coppola, suo il gesto eroico
miércoles 17 abril 2024, 15:48 - Última actualización : 19 abril, 07:04
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La prontitud de un conserje de un edificio en la Riviera di Chiaia, en Nápoles, ha salvado la vida de un repartidor de sesenta y dos años víctima de un paro cardíaco mientras realizaba su trabajo. El héroe de esta historia es Raffaele Coppola, de 35 años, casado y padre de una niña, estaba de servicio en un edificio donde trabaja como conserje limpiador y también en el rol de 'carcelero' que opera en la portería cuando el titular está ausente.

La escena, que fue grabada por la cámara de seguridad del edificio, es dramática. Se ve al repartidor, que acababa de hacer una entrega en el mismo edificio, empezar a tambalearse apenas se subió a su ciclomotor. Dos transeúntes, una mujer y un hombre, se dan cuenta de que hay un problema y piden ayuda a gritos. En ese momento entra en escena Raffaele Coppola quien corre hacia la calle, levanta al hombre y lo acuesta en la acera, y luego comienza a practicarle masaje cardíaco y respiración boca a boca.

Las maniobras de reanimación duran varios minutos hasta que llega una ambulancia del 118. El repartidor es llevado al hospital Don Bosco donde es estabilizado. El hombre está a salvo y le debe la vida al joven conserje de la Riviera di Chiaia. Tendrá que permanecer algo más de tiempo en el hospital para recibir tratamiento y luego podrá volver a casa. La dramática del evento está toda en el relato de Coppola.

«Escuché los gritos de ayuda de los transeúntes - explica - y bajé a la calle. El hombre estaba colapsado sobre el ciclomotor. Lo levanté y lo acosté en la acera, después de haberlo liberado de la mochila que llevaba en la espalda y de la chaqueta cortavientos. Estaba inconsciente, cianótico y no se sentía el latido del corazón. Una transeúnte ya había pedido la intervención del 118 y me pasó su teléfono con el que me mantuve en contacto con el médico. En ese momento comencé las maniobras de reanimación. Sabía cómo actuar porque hace algunos años trabajaba en la vigilancia no armada y había seguido un curso. Le practiqué dos insuflaciones de aire y solo en ese momento sentí de nuevo el latido del corazón, aunque nunca había recuperado la conciencia. Después de unos minutos llegó la ambulancia que lo llevó al hospital».

Que el repartidor se había salvado, Coppola lo supo por la esposa y el hijo del hombre que lo alcanzaron en la portería para agradecerle. «Para ellos y para mí ese encuentro fue un momento de grandísima conmoción. Estaba preocupado de que no lo hubiera logrado. Luego él mismo me envió mensajes con el teléfono. No recordaba nada de lo sucedido, que le fue contado por los familiares. Dijo que en cuanto se recuperara tendría que invitarme a cenar».

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