«Con la próxima aprobación del nuevo Decreto sobre la llamada Farmacia de Servicios, el gobierno se dispone a lanzar una versión comercial de las actividades sanitarias. En práctica, una especie de gran bazar farmacéutico en el cual, a la correcta prestación de los servicios sanitarios, se preferirá el hazlo tú mismo bajo la supervisión de farmacéuticos omniscientes y todoterreno». Lo afirma, en una nota, Vincenzo D'Anna, presidente de la Federación Nacional de los Órdenes de Biólogos (Fnob), según el cual «los farmacéuticos, aun sin competencias específicas de ley en la materia, se encontrarán, de repente, transformados en todólogos. Esto conllevará un incremento, menos elevado, de sus ingresos, siendo evidentemente estos bien representados, como categoría, en el Ministerio de Salud».
Para D'Anna «si el bagaje profesional, la calidad de las prestaciones y la precisión científica han sido ya dejados de lado para favorecer a una categoría, la de los farmacéuticos, especialmente protegida, meritoria y políticamente fuerte, no podemos más que tomar nota pero ciertamente no estamos dispuestos a resignarnos. Las análisis clínicos, de hecho, son materia que requiere tecnología adecuada, autorizaciones de estructura y profesionales preparados y competentes. Los realizados en farmacia, sin embargo, son autoanálisis sobre sangre capilar, ejecutados de manera aproximada si no errónea, carentes de calidad y fiabilidad».
En cualquier caso, concluye el representante de los Biólogos italianos, «continuaremos luchando en cada sede porque bajo la égida sanitaria se protejan competencias y derechos de todas las profesiones sanitarias, ninguna excluida, en interés de los pacientes. Y es lo que continuaremos pidiendo al Ministro y al Gobierno».