La Memoria Rebelde y el Compromiso Social en la Fotografía de Tano D'Amico

Il fotografo Tano D'Amico
Il fotografo Tano D'Amico
miércoles 3 abril 2024, 13:25
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Último encuentro de la sección Un paso atrás, previsto en el marco de la VIII edición de El Sábado de la Fotografía, formato de encuentros, exposiciones y talleres curado por Pino Miraglia en Sala Assoli.

Después de Dino Fracchia, Paola Agosti y Fabio Donato, el sábado 6 de abril (a las 11.00 y a las 18.30), el espacio teatral de los Cuarteles Españoles acogerá aún un gran nombre de la fotografía italiana, Tano D'Amico, con la exposición La memoria rebelde de Tano, visitable en los horarios de apertura del teatro hasta el 19 de mayo.

El sábado 6 de abril, el público podrá encontrarse con el artista a las 11.30, junto a Igina Di Napoli (Directora artística de Casa del Contemporáneo) y a Sergio Brancato (profesor de Sociología de los procesos culturales de la comunicación en la Universidad de Estudios de Nápoles Federico II), participando en el debate Disenso, política y sociedad: desde los años Setenta hasta hoy. Al final del encuentro está prevista la proyección de la película El gran Blek (1987), ópera prima de Giuseppe Piccioni.

Las fotos, inequívocamente icónicas de Tano D'Amico, así como su espíritu, han sido siempre un testimonio fundamental de los últimos cincuenta años de vida e historia italiana; afirmando y devolviendo el inmenso valor de la foto de reportaje como patrimonio de nuestro país. La elección del fotógrafo ha sido siempre una elección de campo político y social: cerca, con su mirada especial, a los excluidos, a los desheredados, a los últimos.

En sus imágenes se respira nuestra memoria, la historia de clases sociales que han logrado conquistas civiles y derechos para futuras generaciones. No se puede dejar de encontrarse en el rostro de mujeres y jóvenes que han luchado por su libertad de pensamiento, de expresión y de uso libre y responsable de su propio cuerpo y de su propia sexualidad. D'Amico devuelve historias todavía vivas y palpables, particularmente actuales, en un momento histórico que parece cuestionar conquistas sociales y civiles reconocidas.

A este respecto Tano D'Amico afirma: «Los movimientos de mis años han llevado a la historia a quienes nunca habían entrado en la historia. Se formó una conciencia, una nueva consciencia. Nos presentamos todos juntos en las calles tomados de la mano». Y además: «Una buena fotografía, una fotografía que da inicio a un pensamiento, que se convierte en parte de nosotros, que no podemos olvidar, es siempre fruto de conocimiento, de estudio, de interés, de participación, de amor. Son estas fotografías las que no se dejan consumir. Consumen. Trabajan dentro de nosotros. Son fotografías que tienen una personalidad, una vida propia».

Tano D'Amico se acerca, casi por casualidad, a la fotografía, en el clima de la protesta estudiantil del '68. Inicialmente cercano a los grupos del disenso católico, en 1969 comienza una larga colaboración con Lotta continua y con Potere operaio. Sus primeros reportajes están dedicados al Sur, en Sicilia y en Cerdeña. Pero también viaja al extranjero: para «Il Mondo» va a la Irlanda de la guerra civil (1972) y a la Grecia de los coroneles (1973). Luego está en la España franquista; en Portugal durante la revolución de los claveles; varias veces en Palestina, desde 1975. En los años Ochenta y Noventa irá a Somalia, Bosnia, Chiapas, Estados Unidos. Su mirada se distingue pronto de la de otros fotógrafos. No le interesan los hechos de crónica tanto como las razones que los producen. Sigue de cerca el movimiento estudiantil y obrero a lo largo de todo su recorrido, atravesando por entero los años Setenta, con imágenes que van, como dirá, «más allá del cliché de la violencia». Está cerca de los obreros, los mineros, las feministas. Fotografía las cárceles, los cuarteles, los manicomios, las fábricas, las minas. Sigue las luchas por la vivienda y el mundo de los desempleados. Trabaja también con los gitanos, a quienes intenta retratar más con imágenes de alegría que con las de la pobreza y el dolor.

D'Amico es el fotógrafo de los sin poder, de los vencidos, de quienes logra captar la belleza humana en el desamparo social. Sus imágenes buscan devolver dignidad a aquellos a quienes se les ha quitado la dignidad. Los representa con complicidad, simpatía, participación, haciendo del blanco y negro y del objetivo 35mm una elección estilística precisa.

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