Maradona como Geolier. Dos artistas modernos. Tanto que terminan en las paredes de la ciudad que los ama. Así como el as argentino, en los últimos meses también la imagen del rapero de Secondigliano ha aparecido en diferentes rincones de Nápoles, en ese arte - los murales - que ahora explica perfectamente la historia y la modernidad del amor de los fanáticos. La última prueba es la obra aparecida en Secondigliano, del escritor Taddeo Del Gaudio, alumno de Pasquale Lettieri, crítico de arte y profesor en la Academia de Bellas Artes de Nápoles: «Ha llegado el momento - explica Lettieri - de leer los tiempos actuales de manera sincrónica, entendiendo así quién realmente hace arte hoy en día, identificando quiénes son los artistas dignos de este nombre y reconociendo los pasos fundamentales que hacen que un hecho sea artísticamente relevante. Un cuadro en el que, obviamente, pesa enormemente el impacto de las redes sociales que, de hecho, han volteado el sistema, justo como ocurrió con la Revolución francesa antes y con la industrial después».
«Preguntémonos - afirma Lettieri - si podemos considerar a Geolier un artista moderno. Creo que sobre esto hay poco que discutir. Un cantante que mueve miles y miles de jóvenes, que, cuando hay que votar, atrae consenso sin límites geográficos, que llena estadios y crea emociones es por derecho propio un artista. Un artista moderno y revolucionario. Como lo fue Caravaggio. Si la revolución de Caravaggio está en el naturalismo de sus obras, la de Geolier está en la capacidad de traducir en versos la sensibilidad de nuestros hijos y de ser portavoz de un malestar que puede tomar diferentes formas. En estas horas, un mural, realizado en Secondigliano por uno de mis alumnos, Taddeo Del Gaudio, celebra sus hazañas. Un acto debido que testimonia cómo Nápoles puede tener relevancia mediática también por cosas positivas. Aspecto, este, que no gusta a muchos. Pero, como diría alguien, chest'è».
Pero los últimos dos siglos tienen diferentes exponentes destacados que son verdaderos artistas pero no fueron reconocidos por cierta intelectualidad polvorienta: «Permaneciendo dentro de los confines de Campania - subraya Lettieri - el caso más notable es ciertamente el de Diego Armando Maradona.
¿Recuerdan a Luciano De Crescenzo en Così parlò Bellavista? Una de sus fintas, decía, derrite la sangre dentro de las venas. Una finta que, por años, creó una emoción. La misma que se siente al mirar la Gioconda de Leonardo o la Venus de Botticelli. ¿Qué hay de diferente? ¿No son ambas formas artísticas? Claro que lo son. La diferencia está en la lectura que hacemos de ellas. Pero una lectura moderna y sincrónica no puede sino definir a Maradona como a Geolier artistas, artistas contemporáneos».
No es casualidad entonces que Baggio fuera apodado el Divino coletudo o, ejemplo más apropiado, Del Piero como el Pinturicchio: «Una definición - afirma Lettieri - de Gianni Agnelli que, en su modernidad, lo reconoció como un artista, un artista moderno. La modernidad se mide teniendo en cuenta los tiempos que vivimos, las influencias que recibimos, los medios que utilizamos. Piénsese de nuevo en las redes sociales. 9 meses al año vivimos en Internet y si esto es cierto cómo no considerar por ejemplo artistas a aquellos que crean reels, stories, posts. No pintan, no esculpen, no dibujan, pero hacen arte de todos modos que llega directamente a quienes lo observan. Y no es una cuestión de edad, sino más bien de mentalidad. De saber leer finalmente los hechos de manera sincrónica. Ese es el futuro. Esa es la avanzada modernidad».