En ausencia de Serie A, el Napoli ha querido “entretener” a sus aficionados lanzando el segundo episodio de Drive&Talk, el podcast del club que tiene como protagonistas a los azules involucrados en una charla mientras se dirigen al centro de entrenamiento de Castel Volturno.
El protagonista de este segundo episodio del podcast es Matteo Politano, quien ha repasado las etapas de su carrera deteniéndose en la victoria del scudetto y no solo. «Mi mañana típica es muy tranquila, aunque me cuesta un poco levantarme de la cama. Soy dormilón», revela el extremo. «Pero me basta con un despertador y me ayudo con el café, que es un must».
Él, como el capitán Di Lorenzo entrevistado en el primer episodio del podcast, ha abordado el tema de las sliding doors de su carrera: criado en las juveniles de la Roma, el debut en el primer equipo con los rossoneri - para un nativo de la capital como él - habría sido la culminación de un sueño. «Pero creo que todo sucede por una razón - reflexiona Politano -, el destino te lleva a tomar decisiones. En mi destino no estaba la Roma, sino venir a jugar aquí. Y ha sido la mejor elección, desde que estoy aquí me han pasado muchas cosas bonitas: me he convertido en padre, he ganado mi primer trofeo - la Copa Italia con Gennaro Gattuso como entrenador - y luego, obviamente, el scudetto».
Ya, el scudetto. Ese sueño convertido en realidad «que muchos jugadores quizás nunca lograron ganar. ¿Si lo he realizado? Más que nada, todavía me impresiona ver la alegría en el rostro de las personas que encuentro en la calle o incluso de mis amigos, recibir todavía tantos cumplidos. Sigue siendo una de las sensaciones más hermosas que he experimentado. Lástima por la Supercopa perdida: habría completado mi “triplete” personal».
«Ser futbolista siempre ha sido mi sueño desde niño», continúa el azul. «Al fútbol he dedicado mi vida y hecho muchos sacrificios, especialmente de adolescente. ¿Si no me hubiera convertido en profesional? No niego que no me habría disgustado ser mecánico en el taller de mi padre, de vez en cuando iba a ayudarlo en los fines de semana cuando no tenía partidos. Él todavía trabaja allí, con mi hermano Andrea, a quien le debo mucho porque es gracias a él si empecé a jugar al fútbol. Él es mayor que yo y un día mi madre, después de llevarlo al entrenamiento, preguntó al entrenador si podía participar en la sesión también yo».
Entre las mayores alegrías que le ha dado la vida, desde que viste el azul, también está la pequeña Giselle. «Convertirse en padre es la sensación más hermosa del mundo. Conlleva muchas responsabilidades, pero te cambia la vida. Cuando vuelves a casa y ves a tu hija sonreír, te derrites. Intento demostrarle mi amor incluso cuando estamos lejos. ¿Qué tipo de padre es Matteo Politano? Tengo el puño muy ligero, conmigo puede hacer todo. A veces intento enojarme, pero para mí es realmente difícil», revela abiertamente el azul.
Politano cierra con una declaración de amor por Nápoles: «La ciudad es maravillosa: al mar, clima y paisajes doy cien puntos. La encuentro una ciudad pequeña, estando acostumbrado a Roma, por lo tanto, la recorro tranquilamente. Lo más bonito de estar aquí es poder darte una vuelta en barco o quizás por la costa apenas tienes uno o dos días libres, mientras que cuando estaba en otros clubes no veía la hora de volver a casa».