Dos nuevas publicaciones en la muy apreciada colección «O scarrafone» del editor-librero de Port'Alba Pasquale Langella: libros de pequeño formato pero de gran contenido.
El primer librito (con un costo de 6 euros, disponible el 26 de marzo) es «El Pez de Abril» de Giuseppe Pesce. Dónde, cuándo y por qué nació esta particular tradición es aún tema de debate, a pesar de que numerosas investigaciones han intentado resolverlo. Lo cierto es que en Italia como en Francia, en Alemania como incluso en India, desde hace muchos siglos existe la costumbre de dedicar los días entre marzo y abril a la planificación y ejecución de bromas, a menudo ingeniosas, en detrimento del infortunado de turno. En este sabroso volumen, Giuseppe Pesce, periodista e historiador de pluma sabia, tomando inspiración de los “apuntes” dedicados al tema por Giuseppe Pitrè, rastrea la difusión del Pez de Abril y testimonia su vitalidad a través del tiempo y el espacio.
«Este librito debía publicarse el año pasado, pero -considerando bien el tema, y con la excusa de transformar en Arte la monotonía de la Vida- hice una broma al editor, para enmascarar mi culpable retraso. Para quien, como yo, celebra el 1° de abril una especie de “onomástica”, la curiosidad sobre el Pez de Abril es casi innata, que encuentra satisfacción ante todo en la hermosa investigación que el genial Giuseppe Pitrè publicó desde 1886 en sus interesantísimos estudios sobre las tradiciones populares, - 5 - actualizándola repetidamente hasta principios del siglo XX» es la introducción del autor.
Un mes después está prevista la publicación del volumen «Titina. La centinela de Port'Alba» obra de Francesco Russo, cilentano, abogado penalista en Nápoles por más de cuarenta años, apasionado de la historia y de los dialectos del sur. Un homenaje sentido a un personaje que durante años ha caracterizado el centro histórico napolitano. La memoria de los lugares de una ciudad no está hecha solo por los edificios que los componen y por los eventos históricos que allí han tenido lugar, sino también por las historias de aquellos que han habitado y trabajado día tras día en esos lugares, contribuyendo con su vivencia a la construcción de la identidad colectiva. En este pequeño libro, Russo narra con afecto un rincón de Nápoles, Port'Alba y sus alrededores, evocando la microhistoria de Titina, la vendedora de periódicos, apostada como una centinela en su quiosco, que a su vez se entrelaza con las de otras almas: Giannina, que vendía cigarrillos con la gracia de una florista; Giovanni, experto conocedor de imágenes de época; Fra Crescenzio, el converso de Santa Chiara convencido de hacer sonar Bach y Beethoven en sus campanas.