El taller textil era completamente abusivo y carecía incluso de IVA. Fueron los carabineros forestales de los núcleos de Marigliano y Roccarainola quienes realizaron la inspección como parte de una operación más amplia para el control de la economía sumergida con el fin de evitar los vertidos ilícitos de residuos provenientes de la producción textil.
Los militares también encontraron un depósito no controlado de residuos especiales y no peligrosos consistentes precisamente en desechos textiles dentro del local utilizado como taller.
El depósito de residuos y el local de unos 200 metros cuadrados, propiedad de una mujer de 56 años del lugar, fueron puestos bajo secuestro junto con el equipo profesional encontrado. A la propietaria se le impuso una sanción administrativa de 1.000 euros y fue remitida en libertad a la autoridad judicial competente por gestión ilícita de residuos.
Según los carabineros forestales del grupo Nápoles, el fenómeno del trabajo no declarado es muy extendido en el hinterland napolitano, se trata de pequeñas empresas que evaden al fisco y vierten residuos de manera ilícita y no controlada.