Una secuencia de miedo que, afortunadamente, no tuvo consecuencias más graves. Todo ocurrió en Montella. Un delincuente de 27 años, ya conocido por los carabineros del lugar, entró en un bar, ordenó y consumió una cerveza y para no pagar amenazó con una pistola a la barista. Fue arrestado y encarcelado. Toda la escena fue grabada por el sistema de videovigilancia del bar: desde la cámara exterior, de hecho, se ve al joven preparar la pistola, insertar el cargador y guardarla en el cinturón de sus pantalones; desde la cámara interna, en cambio, se ve claramente al delincuente pedir la cerveza y, al pedirle el pago, empuñar la pistola, amartillar, asustar a la barista que encuentra refugio en el almacén, y huir.
Inmediatamente se solicitó la intervención de los Carabineros de Montella que prontamente implementaron un dispositivo consolidado, acordonando la zona con tres equipos ya comprometidos en servicios destinados al control del territorio. Uno de estos, el de la Sección Móvil, detuvo al joven de 27 años a pocas centenas de metros del bar y lo sometió a un registro, incautándole unas treinta municiones y un cuchillo multiusos. Gracias al apoyo de los Carabineros de las Estaciones de Nusco y Castelfranci, además, en un jardín no muy lejano, se encontró el arma utilizada para amenazar a la barista, una pistola de fogueo con cañón modificado adecuado para disparar los proyectiles encontrados.
La loca noche del joven no terminó aquí. El delincuente, reacio al arresto, comenzó a amenazar, insultar y agredir a los militares, causando a uno de ellos lesiones consideradas curables en 7 días. Considerado responsable de los delitos de robo, receptación, posesión de arma clandestina, ultraje, resistencia, amenaza y violencia a un oficial público, el joven fue trasladado a la prisión de Bellizzi, a disposición de los magistrados de la Fiscalía de la República de Avellino, dirigida por el Fiscal Jefe Domenico Airoma.