Todo sobre mi padre: «Siempre amó y adoró a las mujeres que tenían una personalidad fuerte y marcada como mi madre Francoise Gilot o Dora Maar. Las amó porque podían enfrentársele. ¿Pablo Picasso un hombre perfecto? Ya era un artista genial». Paloma Picasso, al frente de la Administración Picasso, se abre en una entrevista para la revista francesa 'Point de vue' entre los salones del Musée National Picasso - París que alberga la colección más rica de obras del artista originario de Málaga que incluye no solo sus obras maestras en lienzo, sino también esculturas, obras en papel y cerámicas.
Paloma Picasso recuerda su infancia, una niña nacida fuera del matrimonio, que en aquellos años en Francia no podía ser reconocida porque existía una ley específica. «Fue la batalla de mi madre - cuenta - Éramos los hijos ilegítimos más conocidos del país. Mi padre incluso quería adoptarnos, a mí y a mi hermano Claude. Tuve que esperar 12 años para poder llevar el nombre de Picasso. Vivimos juntos durante muchos años en Vallauris. No era un maestro, mi padre, no era un educador, no se interesaba por la escuela, por nuestros estudios, pero yo también había comenzado a dibujar y pintar. Un día le pedí su opinión sobre mi trabajo. "No pienso nada", me respondió. "Tienes que ser tú quien decida si algo puede funcionar". Después de todo para él el arte solo debía crear emociones».
Paloma Picasso ha elegido desde hace años invertir su creatividad en la creación de objetos de diseño, ropa, porcelanas, perfumes, maquillajes, telas para el hogar. Importante su colaboración con la joyería Tiffany para la cual ha diseñado la colección "Hoja de Olivo". Y concluye: «No niego haber sido una mujer afortunada gracias a mis padres, pero también a los encuentros que he tenido, me han transmitido una filosofía de vida especial. Debo ser siempre profesional, puntual y de buen humor. La existencia a veces reserva malas sorpresas, tomémoslo por el lado correcto. Reivindico de todos modos ser una mujer optimista».