El suceso ocurrió en una zona residencial de Casoria, una poblada ciudad a las puertas de Nápoles.
Las familias detrás de los dos jóvenes esposos no se llevan nada bien. Las agujas que marcan el drama próximo a ocurrir se detienen cuando el papá, 31 años y primer protagonista de la historia, decide llevar a la hija a casa de sus propios padres.
Comienza la pelea y mamá y papá, con la niña en el auto, terminan insultándose. Están bajo la casa de los abuelos paternos cuando el joven de 31 años, exhausto, arranca el auto y cede a las presiones de la mujer.
Llega a casa de los otros abuelos, los padres de su pareja, y les pide que se lleven a la hija para siempre. Los tonos, comprensiblemente, se vuelven aún más acalorados. El joven de 31 años se va.
En la calle, el hombre de 31 años reacciona de manera impetuosa y comienza a golpear el auto de su cuñado. El suegro y propietario del vehículo lo alcanzan, y comienza la pelea. Una lucha dos contra uno que habría inclinado la balanza a favor de la mayoría de no ser por el cuchillo que el joven de 31 años llevaba en el bolsillo. Cinco las puñaladas infligidas al suegro: abdomen, ingle, hombro y pecho. Lo dejará en un charco de sangre, mientras el hijo pide ayuda y marca el 112. El joven papá sube al auto, recorre unas pocas centenas de metros y luego cambia de idea. Se da cuenta de que ha cometido una tontería y regresa.
Los carabineros de la estación y de la sección móvil de Casoria lo encontrarán allí, agachado cerca del suegro al que había dedicado amables palabras de tranquilidad.
El hombre ha sido arrestado por intento de homicidio y será llevado a prisión, a la espera de juicio. La víctima ha sido llevada a la sala de emergencias del hospital de Frattamaggiore y aún está bajo observación, no en peligro de vida.